Concepto: Calidad del producto
En esta directriz se explica cómo decidir qué es calidad del producto aceptable.
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Descripción principal

Introducción

Si pretende crear un producto excelente, debe enfrentarse a dos problemas:

  • ¿Cómo se sabe que el producto es lo suficientemente bueno?
  • Si el producto todavía no es lo suficiente bueno, ¿cómo puede asegurarse de que los interesados implicados lo saben?

La respuesta a la primera pregunta le permite publicar el producto. La respuesta a la segunda pregunta le ayuda a evitar la publicación un producto malo.

Puede pensar: "No quiero enviar un producto que simplemente sea bastante bueno; quiero enviar un producto fantástico. Estudiemos este tema. ¿Qué sucede cuando le dice a los compañeros, gestores o inversores que tiene estándares de alta calidad y pretende crear un producto magnífico? Si se encuentra al principio del ciclo del proyecto, probablemente asentirán y sonreirán. A todo el mundo le gusta la calidad. Sin embargo, si se encuentra al final del ciclo del proyecto, la presión para terminar el proyecto será enorme. Puede que la creación de un gran producto le obligue a realizar muchas pruebas, arreglar muchos problemas (aunque sean pequeños), añadir funciones o descartar y volver a escribir gran parte del código. También tendrá que resolver discusiones sobre visiones diferentes de la buena calidad. La gran calidad implica un trabajo duro. Y la perfección un trabajo todavía más duro. Finalmente, las personas que controlan el proyecto le dirán algo como: "Sería estupendo crear un producto perfecto, pero deberíamos ser prácticos. Esto es un negocio. La calidad es algo bueno, pero no la calidad a cualquier coste. Todo el mundo sabe que el software siempre tiene errores."

Una calidad excelente puede ser un objetivo motivador. Apela al orgullo que produce el trabajo. Pero surgen problemas cuando se utiliza algo equivalente a "si la calidad es buena, una calidad mayor es mejor" para justificar la consecución de la excelencia. El motivo es que este argumento puede retratarle como un fanático de la calidad, en vez de como un pensador equilibrado. Otro de los motivos es que ignora el factor del coste. Un BMW es un buen coche, pero cuesta mucho más que un Saturn. Puede que un Saturn no produzca una experiencia máxima al volante, pero tiene una buena relación calidad/precio. Si omite el coste, el argumento más es mejor también ignora la reducción de los beneficios. Cuanto mejor sea el producto, más difícil será justificar una mejora. Al trabajar en la perfección de un aspecto del producto, debe ignorar sin necesidad otros aspectos del producto o incluso las oportunidades potenciales que presente otro proyecto. En los negocios, hay que tomar decisiones cada día sobre el mejor uso de los recursos. Hay que tener en cuenta otros factores, a parte de la calidad.

El concepto de calidad bastante buena (CBB) es, paradójicamente, un argumento más eficaz que más es mejor, ya que proporciona un objetivo que es alcanzable o no, en cuyo caso se convierte en un argumento de facto para cancelar o restablecer el proyecto.

Paradigmas de Bastante bueno

La mayoría de los negocios aplican un razonamiento similar a bastante bueno para sus productos. Los únicos que no lo hacen son los que creen que han alcanzado la perfección, porque les falta la imaginación y la habilidad necesarias para ver cómo se podrían mejorar sus productos.

A continuación se proporcionan algunos modelos de bastante bueno que se han probado. Unos son más efectivos que otros, en función de la situación:

  • No demasiado malo ("de momento seguimos vivos"): basta con que nuestra calidad sea lo suficientemente buena para permitirnos permanecer en el negocio. El producto debe ser lo bastante bueno para que no nos puedan demandar.

  • Infalibilidad positiva ("todo lo que hacemos es bueno"): nuestra empresa es la mejor del mundo. Dado que somos tan bueno, todo lo que hacemos es bueno automáticamente. Piense en el éxito. No piense en el fracaso, ya que los pensamientos "negativos" conllevan mala calidad.

  • Agotamiento razonable ("perfección o fracaso"): ningún producto es lo suficientemente bueno; lo que importa es el esfuerzo. Sólo el agotamiento total constituirá un nivel de esfuerzo suficientemente bueno. Los aspectos empresariales no son de nuestra incumbencia. Haremos todo lo posible para que el producto sea perfecto. Puesto que nunca dejaremos de mejorarlo, si alguien quiere el producto tendrá que venir y sacárnoslo de las manos. Así que ellos, y no nosotros, serán los culpables de los problemas de calidad.

  • El cliente siempre tiene la razón ("parece que a los clientes les gusta"): si a los clientes les gusta, debe ser bastante bueno. Por supuesto, no siempre se puede complacer a todo el mundo. Si a un cliente potencial o actual no le gusta el producto, tiene la opción de hacérnoslo saber. No podemos leer su mente.

  • Proceso definido ("seguimos un buen proceso"): la calidad es el resultado del proceso que utilizamos para construir el producto. Hemos definido el proceso y creemos que es bueno. Por lo tanto, si seguimos este proceso, es inevitable que el producto resultante sea bastante bueno.

  • Requisitos estáticos ("satisfacemos los requisitos"): hemos definido la calidad en términos de objetivos no controvertidos, cuantificables e imparciales. Si cumplimos estos objetivos, tendremos un producto bastante bueno, independientemente de los demás objetivos controvertidos, no cuantificables y subjetivos que se sugieran.

  • Responsabilidad ("cumplimos nuestras promesas"): la calidad se define por contrato. Nos comprometemos a hacer ciertas cosas y alcanzar ciertos objetivos. Si cumplimos lo que especifica el contrato, será lo bastante bueno.

  • Apoyo ("hacemos todos los esfuerzos razonables"): abogamos por la excelencia. Durante el proyecto, buscamos maneras de evitar problemas y de detectar y arreglar los que no hemos podido prevenir. Si el objetivo de nuestro trabajo es la excelencia, será lo bastante bueno.

  • Equilibrio dinámico ("sopesamos muchos factores"): en lo que se refiere a nuestra misión y a la situación que tenemos entre manos, un producto es bastante bueno cuando tiene los beneficios suficientes, no tiene problemas graves, los beneficios superan lo suficiente los problemas que no son graves y sería perjudicial seguir mejorando el proyecto.

¿Una calidad alta es siempre más cara?

En función de muchos factores (como el proceso, la habilidad, la tecnología, las herramientas, el entorno y cultura), podrá crear un producto de una calidad mucho mayor por el mismo coste. Un producto fácil de mantener y probar se podrá mejorar por un coste inferior, otros costes están asociados específicamente a una calidad pobre, como los costes de soporte y del cliente.

El coste de calidad es un tema complejo, por lo que resulta difícil generalizar. No obstante, puede afirmar con seguridad que siempre puede invertir más tiempo en pruebas mucho mejores, más manejo de errores y más arreglos o reescrituras de todos los componentes del producto. Independientemente de lo bueno que sea, la calidad tiene un coste. Si no le ocurren más mejoras, es muy probable que haya alcanzado el límite de su imaginación, no de la calidad.

En la industria del software, CBB se infunde más como una respuesta a un coste determinado que otros argumentos: el coste de no publicar el producto a tiempo. El espectro de la ventana de mercado, o la hora límite externa, nos penaliza si no superamos los retos. Esta es la razón por la que los finales de los proyectos suelen caracterizarse por una selección frenética. Si desea saber qué cree en realidad una empresa que es bastante bueno, y cuál es su preparación para ello, presencie los tres últimos días de cualquier proyecto de software de seis meses. Vea qué ocurre cuando se notifica un nuevo problema el último día.

¿La cuantificación no sería de ayuda?

Puede resultar tentador reducir la calidad a un número y, a continuación, establecer un umbral numérico que represente una calidad bastante buena. Esto es un problema, ya que sólo puede medir los factores que están relacionados con la calidad. No se puede medir la calidad como tal. Este problema se debe, en parte, a que la palabra "calidad" no es más que una etiqueta para una relación entre una persona y una cosa. "Este producto es de alta calidad" es tan sólo otra manera de decir "Alguien valora este producto". Se trata de una declaración sobre el producto, pero también sobre las personas y el contexto que las rodea. Incluso aunque el producto permanezca igual, las personas y las situaciones cambian, por lo que no puede existir una sola medida de la calidad, verdadera y estática.

Se pueden utilizar muchas medidas para obtener un sentido de la calidad, aunque no se pueda medir total y objetivamente. A pesar de esto, la pregunta de qué calidad es lo bastante buena requiere un criterio sofisticado. No se puede ignorar el hecho de que, al final, las personas deben pensarlo y crearse una opinión. Para un producto simple, formar esta opinión puede ser sencillo. Para un producto complejo y de gran interés, es muy difícil.

Más información

Para ayudarle a evaluar la calidad del producto, dispone de los siguientes tipos de información para la mayoría de los productos de trabajo que se incluyen en RUP:

  • Directrices y listas de comprobación del producto de trabajo: información sobre cómo desarrollar, evaluar y utilizar el producto de trabajo.
  • Plantillas: "modelos" o prototipos del producto de trabajo que proporcionan estructura y una guía de contenido.

Para obtener información adicional consulte los apartados Técnica: Medida de la calidad y Concepto: Artefacto, directrices del artefacto y puntos de control.