Aunque la mayoría de roles implicados en la disciplina de prueba desempeñan un papel en
la realización de este trabajo, el esfuerzo se centra fundamentalmente en torno a los
roles de
diseñador
de pruebas y de
verificador. Las habilidades más importantes que se precisan para llevar a cabo este trabajo son la
concentración en la cobertura de los activos de prueba, ser capaz de prever la
reutilización potencial, la coherencia de los activos de prueba y ser capaz de valorar las cuestiones de arquitectura.
Como heurística para la asignación de recursos relativos por fase, los porcentajes
habituales del uso de recursos de prueba para este detalle de flujo de trabajo son:
principio: 05%, elaboración: 20%, construcción: 10% y transición: 10%.
Cuando el requisito de automatización de pruebas es de especial importancia, este
trabajo puede suponer un mayor esfuerzo y, por lo tanto, más tiempo o más recursos. En algunos casos puede ser de utilidad asignar la creación y el mantenimiento de activos
de automatización a un subequipo distinto, lo que les permite especializarse en las
cuestiones de automatización. Esto permite a los otros miembros del equipo concentrarse en la mejora de los activos de
prueba no relacionados con la automatización.
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